Google+ Freak Side Radio!: abril 2014

domingo, 13 de abril de 2014

El rugido de los fans


Por Oberyn Saura

Los fanáticos de Juego de tronos esperaron el estreno de la nueva temporada con música, comida y productos de la serie durante el evento temático Hear me roar.

    Unos oscuros hierros retorcidos formaban un monstruoso e inverosímil trono. Envuelto por una niebla amenazante, se erguía en el centro de la escena, todopoderoso. Quiénes estaban a su alrededor cayeron bajo su influjo. Seducidos, intentaron sentarse en él, pero sólo hay lugar para uno. Dispuestos a conseguir ese sitio por cualquier medio, los forcejeos y las peleas no se hacen esperar, hasta que finalmente, sólo un actor quedó en pie.
    La escena no se vio en las pantallas de HBO sino en el Centro Cultural Julián Centeya, en el marco del evento Hear me roar, cuyo eje temático se basó en la serie Juego de tronos. El domingo pasado, los fans satisficieron su onanismo freak con shows, música, merchandising y un trono de hierro -sí, como el del programa de tv-, en el cual pudieron sentarse y sacarse fotos.
    El nombre del evento, -en español, Oye mi rugido- organizado por la compañía de teatro Avant Garde, hace referencia al lema de la casa Lannister. Es que la fórmula del éxito de la serie está constituida por una combinación de fantasía medieval, dragones, sexo, rivalidades entre familias de nobles y la muerte de personajes principales.
    Entre el público asistente, que según la organización llegó casi a las mil personas, hubo sobre todo jóvenes, pero no exclusivamente ellos. Una niñita de apenas cinco años, con cachetes regordetes que inspiraban ternura, estaba ataviada con un vestido blanco y una peluca rubia platinada. Representaba a Daenerys Targaryen, la Madre de Dragones. Por supuesto, la chiquilla se llevó todas las fotos.
    Quizás la caracterización más lograda fue la del cosplayer que interpretó a Tyrion Lannister. El parecido físico entre el actor que interpreta a Tyrion y el cosplayer, sumado a la actitud bien caracterizada hizo que muchos fans se quedaran con la boca abierta. Era como si Tyrion se hubiese escapado de la pantalla para aparecer en el evento. Algo que se volvió más verosímil cuando la compañía Avant Garde interpretó una performance en la que se escenificó la lucha por el poder en la serie. El que se terminó sentando en el trono fue Tyrion, que a esa altura ya se había ganado la simpatía del público y fue ovacionado calurosamente.
    Hear me roar estuvo repleto de guiños a la serie, de la mano de la decena de artesanos que expusieron sus productos. El aroma a panceta cautivaba a quiénes pasaban cerca de un puesto de comida medieval inspirada en Juego de tronos. Casi al lado, unos lobos aullaban con violencia y los leones fieros miraban con desdén desde sus marcos. El ilustrador vendió sus creaciones, basadas en los emblemas de las casas del programa, como pan caliente. Remeras, banners, llaveros, casi todo lo imaginable con alguna referencia a Juego de tronos se pudo conseguir. Algo así como un paraíso para el fan.
Foto: Julio Panderi
    Pero no todo fue esoterismo geek. El lenguaje universal se presentó de la mano de la música y la cerveza. En el transcurso del evento tocaron dos bandas. Greenfolk, interpretó música celta. Su melodía desparramaba un influjo extraño en el público, que no podía evitar aplaudir y moverse rítmicamente, cerveza artesanal en mano. Después fue el turno de Cernunnos, tipos grandotes, con melenas largas y chivas prodigiosas, vestidos con kilts, que a los elementos del folk le sumaron el metal. Algo así como una amalgama entre Rhapsody, música celta y Rammstein.  Hubo rock y pogo para los seguidores de la banda. Y un premio para los fans: Cernunnos interpretó la canción de la introducción de la serie y Las lluvias de Castamere.
    El momento más esperado por los fanáticos llegó a las 22, cuando cerca de una centena de personas se quedaron para ver -en pantalla gigante- el estreno de la cuarta temporada. La banda de GOT, grupo de fans de la serie, se encargó de la puesta a punto y de financiar la contratación de HBO. Hubo algunos problemas técnicos y la transmisión no pudo comenzar a tiempo. La ansiedad se apoderó de la audiencia, y algunos, con poca paciencia pero imbuidos por el espíritu de la serie, pidieron que rodaran cabezas. Por suerte, se solucionaron los inconvenientes y a las 22.05 todos pudieron disfrutar del estreno. A las 23, el capítulo finalizó abruptamente y los fans ahogaron un grito. Es que para la siguiente emisión había que esperar una semana, durante la cual, además, habrá que volver a la realidad.







jueves, 10 de abril de 2014

Un verdadero festín medieval

Por Oberyn Saura


Con comidas típicas del medioevo y la inspiración de la serie Juego de Tronos, el “Banquete de Invernalia” fue un éxito culinario.

Los candelabros de hierro coronaban el techo e iluminaban tenuemente la habitación. Afuera, en el patio, la lluvia caía con estrépito, pero dentro el clima era acogedor y los estandartes sobre la pared mostraban el emblema familiar: un lobo negro sobre campo blanco. Los invitados se sentaron en tablones, mientras los rasguidos del arpa, amenizaban la espera.
El domingo 31 de marzo los participantes del Primer Banquete de Invernalia se transportaron, como por sortilegio, de la Ciudad de Buenos Aires a la capital del Norte de Poniente. La convocatoria organizada por “Winter is coming” emuló un festín en Invernalia y como buen festejo, no podían faltar sus anfitriones: cosplayers que caracterizaron a Ned Stark, Lady Catelyn Stark, Robb Stark y Jon Nieve, que no caza una. Hasta la Reina Cersei hizo acto de presencia.

Antes de ingresar, a los convidados se les ofreció pan y sal para indicar que se encontraban al amparo de las leyes de la hospitalidad. Aunque luego de ver la Boda Roja, los invitados aceptaron el ofrecimiento con recelo. No pocos saltaron sobresaltados de sus asientos cuando el bardo Germán el Caminante comenzó a interpretar con su dulcimer -instrumento de cuerdas, pequeño y triangular, que se toca con un arco como el violín- las “Lluvias de Castamere”. Por fortuna, ningún comensal salió herido o fue asesinado durante el transcurso del festín. Y tampoco ningún Stark, cuya tendencia a morir es preocupante.
Durante el banquete se sirvió sopa fría de frutas, como entrada, mientras que los platos principales fueron tarta de ternera y panceta y pollo a la miel. Todo acompañado con cebollas en salsa de carne, remolachas salteada con manteca y nabos en manteca. De postre, se sirvieron manzanas asadas y para beber, vino especiado o cerveza artesanal. Un verdadero festín, donde las habilidades culinarias de Paula Soubelet, la cocinera, dejaron a los invitados con ganas de tener el apetito voraz de Robert Baratheon para poder comer todo cuanto se les ofrecía.
Para entretener a los comensales, el bardo interpretó algunas canciones típicas de Poniente: la jocosa “el oso y la doncella”, la picante “La mujer del dorniense” y "Coplas a los Reyes de Poniente", de invención propia del músico, cuyo estribillo reza “dos cosas muy bellas tiene Desembarco del Rey, el Septo de Baelor y el culo de Cersei”. Las risas estallaraon en el salón, con desmesura. Ya hacía tiempo que los asistentes habían abandonado todo pudor y se habían dejado llevar a los Siete Reinos acompañados por la cerveza, la música, la decoración y la comida.
El almuerzo concluyó con un homenaje a los Hombres de Hierro, donde se bailó la “Danza del dedo”, con una coreografía que desafiaba las habilidades motrices de los huéspedes, después de tanta comida y vino. Por suerte en el baile no se utilizaron hachas de verdad, sino muchos habrían perdido más que un dedo.

Los invitados se retiraron a eso de las séis de la tarde, satisfechos por la excelente comida, y divertidos por la música y el baile. Pero sobre todo, con la sensación de haber podido visitar, aunque sea por unas horas, un rinconcito de Poniente.